Árbol
Hoy he despertado
con vocación arborescente.
Sí, quiero ser árbol,
liturgia de savia y clorofila,
refugio de la vida amenazada,
atalaya de la última esperanza.
Quiero ser árbol,
no importa cuál,
digo, por ejemplo:
corpulento y frágil eucalipto,
algarrobo obrero y musculoso,
áspera higuera prodigiosa,
chañar empavesado de guirnaldas,
austero tala generoso
o álamo flaco como espada.
Quiero ser árbol,
aunque más no sea
sangriento quebracho perseguido,
sauce que llora, fragante paraíso,
piquillín silvestre y dulce,
granado reluciente,
molle, brea o tilo.
Hoy necesito ser árbol,
convocar coyuyos,
reclutar un ejército
de pájaros cantores,
reunir un congreso
de loras bullangueras
y poblar la mañana de sermones.
Sí, amigos, quiero ser árbol,
ofrecer mi corazón al viento
y acunar la lluvia
entre mis ramas.
© Daniel Tomás
Quintana
Espléndido! Qué bueno querer ser árbol/ refugio expansivo en tu palabra lograda. Alfredo Lemon
ResponderEliminarQué lindo tu comentario Alfredo. El árbol es el más maravilloso decir de la naturaleza. Si no fuera mujer quiera ser árbol. Abrazo. Imnenso poema del maestro
Eliminar❤️🦋 Graciela Ballesteros
Qué bello!!
ResponderEliminarBello !! También quiero ser árbol , me convenciste . Bravo Daniel
ResponderEliminarpor si no te percataste, todos nos abrazamos a tu madera y en tu poesía nos sentimos a resguardo.
ResponderEliminargracias, querido árbol
claudia
Hermoso homenaje a esos guardianes de la vida que son los árboles ¿qué sería de nosotros sin ellos?
ResponderEliminarUn abrazo
Juany Rojas