La lectora de sueños
Mis sueños se abren como libros,
observo cómo se arrima un decir al otro.
Se parecen a collares que armo
con cuentas de otros collares,
piezas que engarzo y pongo en relieve,
en orden y desorden, en una combinación
que atiende a un ritmo que puede alterarse.
Las cuentas aparecen en otros collares,
las rescato o las guardo,
las atesoro o abrillanto.
Lo que amo de ellas son su impertinencia,
su atropellamiento.
Si alguna ley les pertenece es la pregunta
del Sombrerero: ¿en qué se parece
un cuervo a un escritorio?
Tiene su respuesta en la sonrisa del gato
o sea que no tiene pero la sonrisa existe.
Otros sueños puedo dibujarlos
porque en ellos vibra la clave
que rima con llave.
Son los más difíciles de soñar o escribir
porque como toda práctica es necesaria
fortaleza,
entrenamiento, distensión y descanso.
Cuando sueño no tengo un solo cuerpo:
el primero reposa en la cama,
el segundo toma forma al soñar,
el tercero está en la zona intermedia.
Me quedo en el último
hasta que se deshace,
y escribo.
© Analía Rita
Giordanino
La luz del sueño se hace poema entre tus versos. Alfredo Lemon
ResponderEliminarExcelente final, me encantó!
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