No dedicaré un libro
A mis hijos.
Con la piel del vientre
Estirándose
Hasta formar un satélite
A mi alrededor,
Con las tetas llenándose
De calostro virgen
Como un jugo vertical.
Un rayo.
Con esa forma de
Dragón que tomó
mi carne en llamas.
Con ese mandato
de instinto de madre
y los minutos arrancados
Al peligro.
-La distancia de rescate-
Con eso,
y la vida embarazada
para siempre,
alcanza.
© María de los Ángeles
Fornero
Bienvenida María de los Ángeles a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneas/os. Abz, Gus.
ResponderEliminarGracias Gustavo. Gracias a mis poetas contemporáneos
ResponderEliminarMuy bueno, saludos y bienvenida.
ResponderEliminarAnahì Duzevich Bezoz (Santa Fe)
¡Gracias por la bienvenida!
EliminarMuchas gracias a vos
EliminarBienvenida! Saludos!
ResponderEliminarBienvenida María de los Angeles.
ResponderEliminarGracias por compartir.
Ans Romano.
Gracias y saludos para vos también
Eliminarun rayo. así es este poema. directo, luminoso. gran alegría saberte aquí, maría de los ángeles. bienvenidas!.- susana zazzetti-
ResponderEliminarQué gusto encontrarte aquí Susana Zazetti. Gracias por tus opiniones
EliminarPoemón!!
ResponderEliminarBesosss
Un abrazo
EliminarBienvenida Susana!
ResponderEliminarBuen poema.
María, gran poema, precioso. Marta Comelli
ResponderEliminarBienvenida y gracias por compartir tu talento. Éxitos 🙌
ResponderEliminarCristian Jesús Gentile