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11/3/23

Poema de Irene Scalabrelli

 


Usted pasa a mi lado

muchas veces

sin mirarme, claro.

 

Yo lo veo venir

y su sombra,

su perfecta sombra, que se le adelanta,

acaricia mi cuerpo

despacio.

 

Nunca llegué a tocarlo

pero cuánto daría

no con lujuria, sino tocarlo apenas,

con la punta de los dedos,

en la frente

o en la piel de los párpados.

 

Pero usted dice siempre

que es tarde

aunque yo le adivino

el temor a arriesgarse

 

entonces, no me mira,

cuando pasa a mi lado,

ni yo lo he tocado

aunque cuánto daría

 

usted, por temeroso

y yo, por compostura.

Estamos a salvo.

 

© Irene Scalabrelli

6 comentarios:

  1. El juego amoroso, el perfecto deseo se pone a salvó, aunque no. Buen juego en el desarrollo . M. Comelli

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  2. Bello Bello!!
    flora levi

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  3. Usted señora sabe decir, conoce la belleza de las palabras.

    Lily Chavez

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