a fines de agosto el parque ensaya
para la pascua florida con ritmos del sur.
los sauces intensifican su verde,
el ceibo ennegrece reconcentrándose para el
salto,
los suchanes y ginkos estallan
en yemas verdes, encendidas y tiernas.
pero el álamo permanece
con su presencia traslúcida de fantasma.
el álamo austero, a fines de agosto,
me recuerda que siempre
hay un hueso
duro de roer.
© Graciela Perosio
Me encantó este poema.Es un mimo a ese álamo austero que amo.Este poema lo destaca, lo pone al centro y hace bello.
ResponderEliminarGracias
Juany Rojas