CUATRO
Exuda azul desde las tinieblas enmohecidas de sus sótanos sellados.
Exhuma el azul su voluntad obcecada y
extrañamente ciega,
su búho nocturno, su ojo de no saber mirar
muy lejos.
Azul
cosido al barro de la aldea y a ciertas nubes migrantes
que orillan siempre la blancura mate de mi
memoria.
La casa trova en azul su cicatriz y se oblonga, obediente a mí y muda,
en su propio laberinto recto de diecinueve puertas.
Expande en sortilegios de azul sus
espirales
para evitar mi destierro.
© Virginia Segret
Mouro
La casa que evoca la memoria "exuda azul desde las tinieblas", vuelve en imágenes y evita así el destierro. Bello y tan azul. Abrazo! Marta Ortiz
ResponderEliminarEse AZUL exuda existencia y ata recuerdos en el sur banfileño. UN BESO. sebastián jorgi.
ResponderEliminar