A mamá le gustaba prender un fuego con las
ramas
hojitas secas que amontonaba
en el fondo del jardín
sentada sobre un tronco al lado de esos
fuegos,
se quedaba mirando las llamas
- ¿seremos brujas? - me decía
y en el reflejo llameante reíamos
y echábamos más hojas más ramas más papeles
para que el fuego no se apague.
Mamá encendía los leños del hogar con
facilidad
se prendían aunque estuvieran húmedos.
Y nos quedábamos mirando esas llamas
azules rojas blancas de los leños que
ardían.
Apagábamos todas las luces para ver las
chispitas y las brasas.
-Es como un hechizo el fuego- me decía.
Nunca pude encenderlo con tanta destreza
como ella,
aunque la noche que partió lo logré en el
primer intento.
Hoy enciendo ramitas de lavanda laurel
romero
y recorro la casa con brasitas que aroman.
¿Seremos brujas mamá?
Así somos, incendiadas como las llamas.
© Norma Starke
Me encantò...me trajo muchos recuerdos de la infancia Hermoso Abrazos
ResponderEliminarAhhh qué bonito poema...gracias Norma...de una ternura infinita y un final que deja pensando ❤️🦋
ResponderEliminarQué belleza de poema Norma
ResponderEliminarGladis Domínguez (la correntina)
Como siempre tu poesía muy bella.
ResponderEliminarBelleza!!
ResponderEliminarMuy bello tanta ternura en el recuerdo!
ResponderEliminarEmotivo recuerdo y poema!
ResponderEliminarLa mujer y el fuego, siempre iluminando el mundo. Hermoso. Fabiana León
ResponderEliminarPrecioso poema. cada vez que te lo escucho me produce una conexión hermosa con la infancia, la naturaleza y el amor. Gracias Norma.
ResponderEliminar"para que el fuego no se apague."
ResponderEliminarBello Bello
Ma