Una niña duerme en la calle
Niña, eran tímidas tus palabras
de mariposas ligeras
de brisas enredadas
en los desechos sombríos.
Eran certeras, oscuras
conocían la furia del destino
la crueldad del hambre
el sabor mustio del asfalto.
Niña, eran aullidos silenciosos
tus palabras, dormidas a la intemperie
perfumaditas de sueños amurallados
desvanecidas plegarias.
Agonizaban de escarchas
buscaban un refugio de piedad
retoños de primaveras, fecundas delicias
hechizos de misericordia.
Decidieron partir, niña, tus palabras
destruidas por el espanto
tendidas en el precipicio
convictas desde su cuna.
© Nora Patricia Nardo
Tu poema describe sensiblemente una dolorosa realidad. Profundas imágenes. Alfredo Lemon
ResponderEliminarMil gracias querido Gus por esta publicación y por tu interesante e importante trabajo cultural. Abracitos
ResponderEliminar