Desnuda en la tienda
No era coqueta
Era fuerte.
June Jordan
Necesito ropa, dijiste. Una blusa
alegre, de color subido. Y fuimos
a la tienda. La chica que nos llevó
a los vestidores se llamaba Tula.
Te queda rico, dijo, te queda de novela.
Nos metimos las dos en esa caja,
entrábamos apenas.
Como no había asientos ni percheros
te ofrecí mis brazos.
Te sacaste el vestido, la campera,
te sacaste la blusa, las hombreras,
te sacaste el turbante, la remera,
te sacaste el corpiño, la bolsita de mijo,
te miraste al espejo y me miraste
y yo vi tu pecho crudo, las costillas
al aire, y después tu corazón
como una piedra, fuerte y fatal
como una piedra.
© María Teresa
Andruetto
Gracias incansable Gustavo Tissoco, por los poemas incluidos, tan especialmente por este! Fuerte abrazo!
ResponderEliminarTere
Hermoso pecho crudo el poema. Un abrazo Tere
ResponderEliminarDesolador, tremendo, gracias.
ResponderEliminarDe los poemas de Kodak es quizá, con el de las hermanas en la hamaca, el que más recuerdo. Crudo y bello. Abrazo enorme, Marta Ortiz 😘
ResponderEliminarGracias por tu bella e intensa poesía!
ResponderEliminarMariel Monente
Una austera y desoladora belleza...y ternura...mucha. Gracias
ResponderEliminarUn poema que sumerge en las imágenes que describe, una a una sus prendas y tu mirada. Hermoso poema!
ResponderEliminarInmensa. Amo este poema. Desde la primera vez que leí, lo llevo como amuleto.
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