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17/2/23

Poema de César Curiel

 


 

La musa ciega

 

Llevo tus pupilas

como dos luciérnagas

escondidas en un

fragmento de roca,

la luz opaca del tiempo

es una bifurcación

de calles perdidas,

tu vientre es un descenso

a mi locura

con monolitos

formando la espera

de cualquier epitafio.

Soltamos la epidermis

para perdernos

en el rumor de la

sombra

de nuestra ceguera

con calendarios

en la espalda

tatuados a la deriva

como coleccionando

el tiempo

en frondosos troncos

que están destinados

al fuego.

Nuestras lenguas danzan

soltando piropos

como dardos sin rumbo

porque te pretendo

y te escondes

y cuando me buscas

yo duermo

y ambos carcomemos

los poemas maltrechos

extraídos del tórax

y que nos lastiman,

pero te beso

y me besas

he hilamos sueños

de noche

con caricias furtivas

que vuelan

como pájaros

ciegos.

 

© César Curiel

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