SIESTA
La siesta.
Incendio inmóvil.
Se despelleja el día.
Los sonidos derriten su desnutrido vuelo.
Amenazan los cardos con su pólvora
histérica.
Nadie.
No tengo el canto.
Rachas de sol
Ladrándose.
Latigazos de luz lenta y humeante.
Insectos con su terco alfilerazo.
Hojas crispando su verdor.
La siesta.
Tierra rascándose con áridos pulgares
La espalda de galeote.
Nadie.
La arena rumia sus músicas inertes.
Pasto como una piel de cansado camello.
Y mi sed con su vaso de aserrín.
La siesta.
Rojo galpón de cinc colérico.
Aquí mi sangre que se espesa.
Aquí mi población hosca de células.
Aquí mi voz
Su surtidor febril.
Se reseca el silencio como un charco.
El río
es una lengua de escuálido vacuno.
El río
mercachifle
zangoloteando estériles cacharros.
El río
amontonando
sus ovejas de sal y de saliva.
El agua está llorando por sus medias de
seda.
La siesta.
Rabia.
Yo no tengo el canto.
Mi corazón se arruga
Como una hirviente cantimplora.
© Osvaldo Guevara
Me gustó mucho.
ResponderEliminarMagnífico poema. Belleza de imágenes, muy sensorial.
ResponderEliminar.,, Y si escribe el maestro... Raúl PIGNOLINO.
ResponderEliminarMuy buen poema. Hermosas imágenes
ResponderEliminar"La siesta./Rabia/Yo no tengo canto." Excelentes imágenes, despojadas, mudas. Bravo Osvaldo!!
ResponderEliminarquerido. querido osvaldo, tanta vida en tu palabra. maravilloso poema. susana zazzetti
ResponderEliminarPLENITUD DE IMÀGENES, ME ENCANTÒ.
ResponderEliminarANAHI DUZEVICH BEZOZ
Mi muy querido poeta, cómo admiro tu decir.
ResponderEliminarUn abrazo inmenso
Claudia Tejeda
Abrazos querido Poeta , cuánta poesía en tu palabra .
ResponderEliminarLeonor Mauvecin
Una lúcida ternura ... gracias por tanto Osvaldo Guevara
ResponderEliminar...y mi sed como vado de aserrín...grandioso, poeta! Fabiana León
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