Regreso
¿Cómo se vuelve a la tierra del derrumbe?
¿Cómo se llega al hogar donde se armó el
exilio?
Sigo las huellas que invento en el camino.
Hago crujir las hojas del otoño.
La tierra está quemada y el corazón
desierto.
El viento parece traer el olor a jazmín que
ni veo ni encuentro.
A lo lejos las paredes de la casa devuelven
un lenguaje común.
Ese aprendido entre quejidos, llanto y
risas.
Esa lengua arrancada del útero que talló el
grito,
la pertenencia,
el amor,
la obediencia.
Mis pies se apuran y los muros se acercan.
Se los ve tan fuertes, el ladrillo rojo,
los musgos que pujan en las grietas.
Mis oídos no encuentran el tono de los
primeros cantos.
El pensamiento -siempre engañado- supone
que aún se está lejos.
El olor a quemado de la tierra me detiene:
"No corras, no vayas a la caza de la
casa de la tierra del derrumbe.
Solo querrás venganza.
Tus palabras no detendrán la herida
ni las marcas del incendio del amor.
Hunde tus pies desnudos en la tierra.
Hurga con tus manos los terrones
chamuscados
hasta encontrar las lombrices.
Mira estupefacta cómo ellas se mueven,
se cortan,
crecen,
se enroscan,
pululan vida.
Solo así podrás cruzar el muro sin que lo
Mismo te aloje,
ni te aterre.
Que lo mismo sea el devenir de tu
tiempo".
¿Cómo se vuelve a la casa del derrumbe?
Quizá sea habitando la intemperie.
© Majo Bozzone
Muy bueno.
ResponderEliminarGran poema Majo. Notable artesanía. Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarUn poema muy fuerte, con la belleza de versos pintados de dolor. Esa imagen de las manos enterradas buscando la vida en las lombrices!
ResponderEliminarFelicitaciones!