El carnaval de la mulata
Los tambores desatan el ritmo de la sangre
la vida danza en el corsódromo.
Ahí está ella, La Cambá
Sus labios gruesos probaron el amor.
El tambor en su pecho
resuena incontrolable.
Hoy, se escapará con él
hombre, ángel y diablo
negro como su raza.
Tiembla mientras recuerda
fue el primero en lamer
toda su orografía
y soltar los aromas
de los senos en flor.
Penetró en la caverna
que otros violentaron
con suavidad de ángel
y una pasión de diablo.
Su instinto de hembra
la lleva hasta el mulato
que la toma del brazo
y entre danza y carrera
se alejan del tumulto.
Ella siente que Momo
el hijo de la noche
y señor de lo grotesco
bendice la pasión y la locura.
La multa ríe, baila, corre
rompe antiguas cadenas .
Esta noche de disfraces y sátira
hay mujer que se bebe la luna.
© Gladis Domínguez
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