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19/11/22

Poema de Estela Zanlungo

 


Las susurradoras

 

Entonces supe la razón

por la que hablaban en voz baja.

Yo había alcanzado a distinguir

palabras sueltas

disimulando detrás de las cortinas

a la hora de subir la persiana

para que el aire ventilara el encierro.

 

Un vestidito se terminaba de secar

a la sombra del patio,

como esa tía que se arrugó una tarde

esperando la cita que no iba a llegar nunca.

 

Ahora que lo pienso, jamás

nombraron el deseo,

ni para desmentirlo.

 

© Estela Zanlungo

5 comentarios:

  1. Profundo y contundente. Gracias! Jime Cano

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  2. Qué lindura Estela!! Las palabras que estaba mal pronunciar y hasta pensar.

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  3. De eso no se habla. Muy bueno tu decir
    Graciela Barbero

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  4. Gracias a Gus, por el trabajo inmenso (qué energía tiene, por Dios!!!). Agradecida por los comentarios. Un beso, Jime Cano!

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