Esa palabra…
Casi estoy seguro / que alguna vez / la tuve y la perdí. / Tal vez fue en un recodo / del camino / o en uno de los tantos / bolsillos con agujeros / del traje de vivir.
Lo cierto es, / amigos míos, / que he perdido / esa palabra, / no cualquiera / sino ésa, / la rotunda, / la crucial, / definitoria, / piedra basal / del poema redentor / que podría salvarme / del naufragio / y rescatarme del abismo / insondable de la nada.
Si alguien la ha visto / cruzar alguna esquina / o esconderse clandestina / en un zaguán / o conoce / por boca de terceros / su exacto paradero / o su destino temporario, / sepan que ofrezco / cuantiosa recompensa.
Sólo diré, / si me preguntan, / que es una palabra / tibia y fría, / suave como un niño, / rugosa como un viejo, / con cierto sabor / dulzón y amargo, / increíble mixtura / de ángel y demonio.
Concluyo entonces / estoy buscando / una
palabra total, / especie de aleph, / de mágico resumen, / único y múltiple
inventario, / en fin, una simple palabra / donde caben todas las palabras. / Si
no la encuentro, / amigos míos, / será imposible / fundar aquel poema, / ese
puñado de versos / que me salve / y me redima.
© Daniel Tomás
Quintana
Tu artesanía encuentra "esa" palabra en su dimensión más precisa. Alfredo Lemon
ResponderEliminarFelcitaciones poeta. Su voz es inmensa.
ResponderEliminarGraciela Ballesteros
increíble mixtura de ángel y demonio
ResponderEliminaresa palabra
esa palabra
como la vida misma, Daniel
te abrazo
gracias por tu palabra
Excelente Daniel, magnífico poema!
ResponderEliminar