Día de empanadas
La abuela de Normita hizo el relleno
la noche anterior pero la masa
tempranito en el tablón del patio.
Los chicos hacen bollitos redondos y las
tías
estiran y rellenan contándose cosas
sobre el baile o las vecinas
abuela revisa los doce repulgues,
que estén prolijitas y al horno.
Bueno, ahora, vayan a chivatear
pero el aroma llama y Normita y los primos
se turnan para pedir.
Estas son para vender, changuitos.
Los que compran, comen antes, ellos saben
igual hacen guardia a las quemaditas.
De los primos, el más rápido
roba algunas, recién salidas,
saltando en las manos y todos
corren detrás de las tunas.
Más después la paliza, ahorita no importa.
Riendo y soplando, comparten,
bocado a bocado, riquísimo
tesoro prohibido.
© Ohuanta Salazar
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