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5/10/22

Poema de Marta Ortiz

  


Mykonos 

 

Recorríamos un dédalo:

calles de piedras incrustadas

vida doméstica puertas adentro

la sola guía del mar verdeazul.

 

El paso de los días no detuvo el gesto:

un escalón tras otro

una piedra tras otra y

tocaríamos la dimensión mítica:

el aura de leyenda familiar que rodea la isla.

 

Yo debía conocerla, era un pacto tácito.

 

Tiempo atrás te habías quedado absorbiéndolo

para siempre alojado en la retina

el paisaje aguardaba:

 

un día bajaríamos juntos

esa callecita empinada de Mykonos

–piedra y cal–

sobre pantalla móvil verdeazul.

 

© Marta Ortiz

2 comentarios:

  1. Noemí Correa Olivé9 de octubre de 2022, 11:08

    Bello, Marta, igualmente paseamos por Mykonos!

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  2. Siempre lo dicho sugiriendo aquello visceral, decisivo...
    Abrazo, querida Marta

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