TAREA
Minuciosamente
Me debo a las palabras
Con la tozudez de un esclavo
Que reniega de su libertad
Pasan los días
En esta orfebrería laboriosa
Y a la vez impaciente
De martillo y buril
De piedra y sombra
Con La piedad ansiosa
Del que espera
Que Dios le dicte un sueño
©
Las palabras, misterioso desencuentro que nos envuelve de enigmas
ResponderEliminar"..Que Dios le dicte un sueño..." certero remate. Fuerte poema
ResponderEliminarÉxitos Raúl
Cristian Jesús Gentile