Desabrochó
la luna de su vientre
como espuma
de mar en el ocaso
Naves
errantes de otros vuelos
enlazados aleteos
Eternidades
en un punto, para siempre.
Sin tiempo,
sin cuadrantes ni meridianos
habían roto
las viejas cerraduras de los miedos.
Nada ante
el final
Nada que
quiebre el orgasmo de la noche.
Nada que
quite las manchas de sangre sobre el
lino.
© Susana Lobo Mayorga
Bello e inquietante poema, Susana, felicitaciones!!
ResponderEliminarsin tiempo susana. así es como leo este intenso poema. susana zazzetti.
ResponderEliminarIntenso ✨
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