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23/9/22

Poema de Sabrina Barrego

 


Seguramente los dioses se llaman a sí mismos

 por sus verdaderos nombres.

Sócrates en Crátilo

Platón.


Uno quiere que el amor sea amor

y, sin embargo,

quede fijo en un par de palabras.

Queremos que la nieve sea nieve

y, sin embargo,

no se derrita entre las manos.

Eso que deseamos no puede

sino causarnos dolor. 

Todo lo que existe  tiene un comienzo.

La primera lluvia fue una noche

en que me iba de tu casa.

Los cuerpos nuevos son torpes

en las despedidas,

bailamos una especie de danza

entre la posibilidad de rozarnos

y la timidez.

Algunos inventos griegos

dicen que la vergüenza

está en los ojos.

¿Dónde está el punto de entrada?

Cuando uno se está enamorando

siempre es demasiado tarde.

El amor aparece

como los primeros brotes;

cada yema es un ala suave

rasgando la dureza de un tronco

jamás demasiado curtido;

como un desastre natural;

como un animal salvaje

devora, sofoca, arrastra

valiéndose de flechas,

fuego, lápices, guantes de boxeo...

Pretendiéndose inmortal

cae sobre nosotros

transformando las condiciones

habituales de la salud.

Muy pocos la ven venir,

esta bendición a medias

nos recuerda: es ahora

que estamos realmente vivos,

somos pobres de lenguaje

y  vinimos para partir.

 

© Sabrina Barrego

2 comentarios:

  1. Gracias Sabrina.. hermoso poema..
    Graciela Ballesteros.

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  2. Excelente trazado poético de nuestro recorrido existencial. "somos pobres de lenguaje/ y vinimos para partir". Gracias Sabrina. Alfredo Lemon

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