En el abrazo entre la lluvia y el humo
la nostalgia es una porción de delirio
una gota de pájaro
una extraña ferocidad de hastío
un indefenso ciervo de arcilla.
Ese destino tiene la distancia
mensurada en la memoria
como una siesta sin lagartos.
Como un muerto con los ojos abiertos.
Sería un ritual entonces el adiós
y sin embargo
hay un aroma a frutas
en el territorio de la tarde
un furtivo crujir de estrellas hacia el
norte.
Un lirio precioso creciendo en el desierto
que abrigo en las cuentas del rosario.
© Marta Elena Guzmán
Lindo leerte Marta, saludos!
ResponderEliminarMaria Gabriela Micolaucich
como una siesta sin lagartos, qué modo de mensurar la distancia en la memoria.
ResponderEliminarGracias por ese lirio que crece entre crujidos.
Te admiro!
claudia