POR SALVARTE
Llegamos tarde
para verte correr entre prímulas y
agapantos.
Tarde para ver retozar tu juventud
o espantar la tarde con tu hocico.
Llegamos tarde para tus travesuras de
cachorro.
Tarde para los zapatos mordidos y la ropa
manchada de barro.
Demasiado tarde para verte correr a las
palomas
o ladrar en una plaza
o esconder la noche en los almácigos.
Llegamos cuando ya el tiempo
era un campo minado en tus arterias,
un misil entre las vértebras
un océano de dolor.
Dinamitado de vejez,
con los riñones cansados
y una erosión de azufre en tus caderas.
Ahora siembra sus marfiles el jazmín de tu
memoria
y tal vez el césped se refleje en tus
retinas.
Pero no hay treguas para detenernos a
contemplar el día.
Ahora hay una urgencia más ardiente
y es la urgencia por salvarte de caer.
Por salvarte.
Llegamos para luchar cada mañana
para que este sorbo de agua no sea el
último,
para que este ladrido no sea el último,
para que cada paso te aleje de la muerte.
Aún quedan muchas lluvias y soles en
febrero,
y queda marzo y el dorado resplandor
que el otoño vierte en los ligustros
Y quedan relámpagos y truenos y cosechas.
Y queda la vida,
compañero,
la vida que se bebe gota a gota
en las últimas esquinas del ocaso.
Aún nos queda tiempo para inventar otra
esperanza,
antes que no te acune este jardín
y abones los rosales con tu carne.
© Daniel Ruiz Rubini
Guau. Precioso
ResponderEliminarBelleza de poema, la evocación de los momentos, la construcción de ese presente. alejar el final.
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