Quietud
Abajo,
el río habla el idioma del tiempo.
Arriba,
el caserío busca reparo
en la levedad de los sauces.
Cerca,
la cigarra alienta sin premura
el designio de cándidas esquinas.
Lejos,
donde el campanario no vigila,
emergen taciturnas frutillas.
Y dentro de la noche
el silencio narra la belleza
en todos los idiomas del amor.
© César Bisso
Hermoso!
ResponderEliminarLímpido y sutil. Belleza fluyendo. Alfredo Lemon
ResponderEliminarme encantó la transparencia de los opuestos. gracias! susana zazzetti
ResponderEliminarPinceladas precisas con mundos en cada trazo. ¡Bello!
ResponderEliminarVerónica M. Capellino Rando
Hermoso poema.
ResponderEliminarPrecioso !!!
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