Alojita cantada
La aloja es una bebida dulce y fresca hecha
con vainas de algarrobo.
Bebíamos la versión sin alcohol cuando
éramos niños.
En ese algarrobo sabía haber un pajarito
dele cantar y cantar, decía abuela.
Las vainas en el agua y ella
revolvía contándole cosas
que no escuchaban el abuelo ni la suegra,
después endulzaba y así alojaba
su aloja riquísima,
frescura en las siestas.
La mejor ¿quenó?, preguntaba
es la música de las semillas,
aloja cantada, decía.
Ahora abuela en cama olvida
los días, los nombres
pero recuerda hacer su aloja.
Los hijos le traen vainas y abuela
ojitos nublados mira sin ver,
las acerca y escucha,
estas semillas no están entonadas, se enoja
y grita palabras que nunca dijo antes.
Nadie le avisa de la pacha vendida
ni del cerco ni del dueño del algarrobo.
Los nietos, ladrones en la siesta
le traemos las semillas.
Abuela las escucha y sonríe.
Entonces mueve los brazos, imagina
y revuelve una olla invisible
le canta, le cuenta en voz baja y endulza
su alojita cantada.
© Ohuanta Salazar
Una preciosura este poema.Abrazo. Inés Legarreta
ResponderEliminarGracias por tu generosidad, Gus querido
ResponderEliminarMuy dinámico y atrayente!
ResponderEliminarHermoso. Aún recuerdo el sabor de la aloja que la abuela, Hilda, nos preparaba en tardes amarillas de verano. Gracias, Ohuanta.
ResponderEliminarGran ternura en la memoria de la abuela. Bello!
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