Estadio
Había que pensar en la dimensión de un
estadio.
Arriesgar el perímetro de un pozo hundido a
puñetazos
inabarcable circo sin gradas
sin jugadores ni balón a perseguir:
el ombligo de una ciudad fantasma.
Mirar abajo me dio vértigo
y el vértigo atrajo la visión del último
límite:
retales aliviadores de pasto verde
sobre la tierra excavada:
viviendas a cuenta de vida
recostadas al fondo de la pared lateral.
Escalonadas.
© Marta Ortiz
Profunda sensibilidad en las imágenes sugerentes de tu poema. Me gustó. Gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarMuchas gracias Alfredo! abrazo!
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