Mi niño
al que traje conmigo desde la infancia
el que hizo su habitación en mi alegría
y mi tristeza
al que he abandonado largos años
sin quejas
como un libro a medio leer
como se deja el día por el sueño.
Mi niño
al que he descubierto
entre los pliegues de mi cara
y de mi ropa
al que invoco a veces
para sentirme uno
Mi niño
anda desprotegido por el mundo
desnudo en medio de la noche
durmiendo en mis umbrales
Le adeudo aquel que soy
y desconozco.
© Mario Alberto Manuel
Vázquez
No soy la única, parece...
ResponderEliminarMuy bello.