Poema de Margarita Soto Frossard

 

Cimientos marchitos

La primicia del invierno visitó aquella casa

morada en ruinas,

chimenea sin lumbre

con carencia de niños.

Un espíritu  acecha los cimientos,

aquel, un día

refugió lágrimas y edificó quimeras.

Cimientos 

fundaron una orilla

que se desvaneció el viento,

erigieron con destino cierto

un rio añejo

donde los amaneceres eran primicia

y los ocasos incansables juegos.

Los cimientos, raíces frondosas

se filtraron en las almas

con un noble jardín de añoranzas,

hoy reina la aflicción.

Recovecos floridos

donde la humedad sale a la luz

La memoria flota en ritmo,

y ecos del pasado

fluyen en nuestros pechos

eternamente.

 

© Margarita Soto Frossard