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Poema de Fernando Gabriel Caniza

 

 

La chispa

 

Se quiere paz cuando hay guerra

y en la paz algunos pesados

piden sangre pa’los que

interfieren sus negocios.

Si hay represalia el desconcierto

se apodera de los pasos

el andar de miles

no cambia nada en apariencia

es más bien

poesía cargada de futuro

escenario adecuado

para que una chispa

encienda la hojarasca.

 

Algunos dicen

en el pasto seco alcanza

una chispa bien dirigida para

que arda la espesura.

Así, con un alma en piedra,

se golpearían nuevas

piedras hasta que apareciera

la potencia transformadora

de la materia en un gran fuego.

Otros quieren esparcir

pequeños focos ardientes

en campo abierto

confían en sus luces

como un destino mágico.

 

Con firmeza

insistimos durante añares

la maleza tarda

en ponerse a punto.

Está demostrado:

repartir chisperos no siempre

genera fuego envolvente

tampoco una hoguera bien

alimentada, garantiza

una llama perdurable.

 

© Fernando Gabriel Caniza

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