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1/8/22

Poema de Ana Gervasio

  


QUÉ TERNURA, SUS MANOS

 

algo de aquella tarde

cuelga en la ropa de los placares

 

un eco mínimo se aferra al desconcierto

de esas pequeñas flores recién cortadas

y grita, silencioso, en la sombra

que astilla los tarritos de especias, en la alacena.

algo no se fue del todo. algo quedó.

algo renace en las persianas.

en el óxido persistente de los estantes.

 

(qué pena su mirada lastimando diciembre,

 qué ternura, sus manos.

su gesto de pedir perdón.

su tez de pájaro quebrándose en el viento)

 

en la mancha del espejo,

en las cerezas muertas del mantel,

 todavía gime, acurrucado,

aquel rumor a nido rompiéndose en el aire.

 

© Ana Gervasio

5 comentarios:

  1. Me gustó mucho,Ana.

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  2. Ana :es tan dulce y profunda tu poesía !
    Gracias por el deleite q me produce leerla !

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  3. Qué hermoso. Gina E.

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  4. Se esparce la ternura y el dolor suave de una pérdida. Abrazo, Inés Legarreta

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