Fémina Sapiens
Umama vio a la lluvia
llenar el río y florecer,
luego a la sequía
llevarse todo lo verde,
también a la sabana
vencer al hombre más fuerte.
Umama vio a los hombres
en la ronda de fuego, decidiendo
ir de caza, volver y festejar
montándola como las bestias a sus hembras,
gruñendo y desplegando
el grito en el aire.
Umama supo
que su niño raro,
cabeza redonda
era distinto a los otros.
Lo escondió entre sus brazos, buscó
a las umamas sabias.
Ellas dibujaban en las rocas
lunas, manos, piernas y cabecitas raras.
Los hombres cazaban en silencio.
Las umamas cantaban
sonidos nuevos,
palabras redondas.
© Ohuanta Salazar
Emoción celebrante Ohuanta. Gracias, Alfredo Lemon desde Córdoba
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ResponderEliminarTus poemas me encantan y cómo los decís. Un abrazo.
Lily Chavez
Muy bello! 👏👏👏👏
ResponderEliminarMagia tu poesía
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