Navegar era otra cosa
no era preciso apretar un botón para la
aventura
y los espasmos conteniendo el aire, en la
noche oscura,
tenían la forma de una víbora o de un
fantasma.
mirar bajo la cama para dormir tranquilo
era un ademán,
un protocolo de la infancia,
y andar por un bosque, solitario,
era sumergirse en una fábula, en
laberintos,
teníamos esa idea de lo desconocido y del
regreso,
del límite y la odisea,
tirar del hilo con miedo y curiosidad,
cierto heroísmo vulgar y cotidiano que las
madres detestaban pero no podían impedir
ni con cucos ni chancletazos,
porque la idea del mundo no cabía en un
planisferio
ni en las lecciones escolares,
había que volar y derretirse y caer al mar
de las vivencias
y ahogarse en felicidad con las rodillas
raspadas,
con hematomas y con alcoholes,
con el dolor de la avispa
pero con el árbol trepado
y (…)
© Mario Doldán
Bienvenido Mario a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos/as. Abz, Gus.
ResponderEliminarBienvenido. Hemroso poema.. un poema que muere de pie. 👏🏼👏🏼
ResponderEliminarPrecioso Mario, lindo leerte.
ResponderEliminarMaria Gabriela Micolaucich
Hermoso recuerdo hecho poema.
ResponderEliminarMargarita Soto Frossard
Bienvenido Mario. Recordamos con tu poema tantos momentos eternos de infancia. Alfredo Lemon
ResponderEliminar"..Había que volar y derretirse..." Bello poema
ResponderEliminarBienvenido Mario. Me gustó tu poema.
ResponderEliminarAbrazo.
Ana Romano.
hermoso mario. la imagen ideal para tus versos. bienvenido! susana zazzetti
ResponderEliminarBellísimos recursos de estilo Te felicito Mario.
ResponderEliminarHermoso leerte. Marilyn Zumbo