ayer rocé el espanto
lo toqué como quien toca a un muerto amado
con la punta de los dedos / como si temiera
despertarlo de su sueño
finalmente feliz
ayer una vez más el miedo me acarició la
cara con su mano de hielo
una vez más expulsamos a los feroces
escorpiones
estabas a mi lado / no lo recuerdo
pero sé
que estabas a mi lado
una inmensa planicie de columnas rotas era
mi rostro
un erial
el exacto salvoconducto al vacío
toda toda la noche sostuviste mi mano
la respiración cortada a tajos / el terror
al regreso de donde no se vuelve
por la mañana todo era silencio
y fue un decisivo milagro / verme en los
espejos
© Gabriela Yocco
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