Ignorás cuál será la estación siguiente/ el
último
poema/ si es necesario lo que vendrá. La
fantasía
arma marinas del tercer espejo/el sinfín
espacio
su manda de brumas tras color y forma/ eso
que vuela/ esto que vacila
porque
del hombre hablan sus reflejos.
Ahora corre el agua/ colma hoyuelos en
tiempo
piedra y arenas cuaternarias/ ella supo
hacia dónde
barrer la hojarasca/ cuándo y en qué punto
espera
el
mar.
Cómo cantar tras azúcares de piel y ojos.
Ella sabe quién responde las preguntas
cuando
se concita lejos y de espaldas.
Verano: enero. Es dramaturgo sin telón
el
eterno retorno
de cuanto invade los sentidos/ y la
tristeza
–dijo
George Steiner–
suma al menos diez razones para deshojar
un limonero real. Vuelven a preguntar por
la
melancolía
pero es que cerró su kiosco el amor/
y
la eternidad es engaño patronal.
© Carlos Enrique
Cartolano
ResponderEliminarMuy bueno Carlos.
Ay, la poesía.
Lily Chavez
qué buen final, el juego entre el amor, la eternidad, la melancolía.
ResponderEliminarabrazos
Claudia
Felicitaciones, Carlos! Abrazo! María Cecilia Piscitelli.
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