DESTELLOS
a veces parecía una reina
con una inmensa corona fulgurante,
otras veces le crecían garras
y su sombra se alargaba hasta desvanecerla.
veo-veo, decía.
en el espejo asomaba un soldado
con
el corazón herido;
un equilibrista vestido de cenizas
y la bailarina de mi caja de música
trayendo el ramito de nomeolvides,
de aquel florero del cementerio
que
no me dejaban tocar.
había una vez, decía
y me peinaba con devoción de pájaro.
de la caja sacaba cintas
que se volvían una hilera de estrellas.
el peine era un rastrillo esplendoroso,
preparaba el suelo donde luego sembraba
flores:
destellos tornasolados
que hacían caminos en mi cabeza.
¿qué color?, decía.
(en el espejo crecía una niña parecida a
mí.
tenue, imperceptible,
como la llama de la lámpara)
© Ana Gervasio
Hermoso poema de Ana Gervasio.
ResponderEliminarHermosas imágenes que invitan al vuelo sutil de los sueños. Gracias Ana, saludo. Alfredo Lemon
ResponderEliminarHermosas imàgenes que disparan significaciones
ResponderEliminarAbrazo. Inés Legarreta
Bellísimo poema Ana!
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