Una araña camina sobre el cristal
del escritorio/ doble espanto con dieciséis
patas aunque su delgadez quede
en agujas y liviana transparencia de
infinitos.
Son dieciséis plumas de escritura/ sus
patas
llevan velocidad de pensamiento. Ella es.
Siempre viva/ eterna como un signo
matemático o lingüístico/ tan veloz como
la letra activa. Su altura es de frase o verso
se muestra a distancia y en silencio así
como el siglo que recorre/ junto a quien
escribe/ y observa. Ambos saben que
escribir
es la forma más veloz del movimiento.
–Chantal Maillard escribe.
No sabés quién contempla–
© Carlos Enrique
Cartolano
Maravilloso.
ResponderEliminarEl movimiento y la escritura enlazan precisos en tu poesía. Gracias, Alfredo Lemon
ResponderEliminarBello !!
ResponderEliminarMer encantó ese poema y esa araña que ahora va a estar caminando siempre sobre el crista y sobre mi página. Gracias
ResponderEliminarLiviana transparencia de infinitos....muy bello. Fabiana Leon
ResponderEliminarFelicitaciones!! B.S.P
ResponderEliminarMe encantó esa araña! Gracias Carlos, muy bello poema!
ResponderEliminarun abrazo
norma starke