Recordé el dolor del centinela
que debía dejar de acechar
a través de los intersticios del orden.
Quería solo ver tu verbal sonrisa
y el río que solo vislumbré
en tus ojos una mañana de julio
y esos sabrosos besos en rastreados
jardines
refugio contra el apocalipsis
y las utopías desoladas.
Rescato sí las manos del resabio nuevo
el insoslayable estrato imposible
el caos azaroso tan deseado
la música de un verde lunes
el cautiverio de las palabras
nostalgia de lo que no fue
y caricias de calles y páginas y guiños.
Recordé al centinela que debía dejar de
avistar
porque no habrá viaje
ni bitácora ni inmensidad ni búsqueda
tenue.
© Sandra Pien
excelente querida amiga
ResponderEliminarabrazo
maria del mar
Poema lleno de imágenes y oposiciones internas bien logradas. Bravo!
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