Nube Uno
No caminé en vano de ti al corazón de las
nubes,
con paso enjuto y lento sollozar de sauce.
Dando trancazos como un ferroviario
extraviado.
No dejé el espíritu, henchido, lejos de las
sombras
y enmudecí de rara alegría ante el ocaso ya
inaugurado,
mientras nos vamos arruinando entre spleen
y spleen,
como bolcheviques borrachos, suicidas y
nostálgicos.
No atesoré nunca, hasta ahora,
esa clase de nubes en mi pecho.
© Ricardo Rojas Ayrala
Enorme sensación de plenitud y también nostalgia. Sonia Quevedo
ResponderEliminarReferencia de nostalgias! 👏👏👏
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