Los niños de Murillo
con uvas y melón
asaltando con sus pies
las frutas de la tierra.
La vida en el canasto de los pobres
en las manos de la infancia que busca el
agua.
La calle del pan entre casas que ya no
están.
Fueron con sus ojos a mirar el río
juegan porque en este día está la vida.
Los niños de Murillo
las calles de las sombras y las manzanas
entre los perros, los cestos
y los dedos del hambre.
Dichosos de la nada
sobreviven con la inocencia
andando entre el cielo, la tierra y la
brisa.
Los niños y las madres caminan sobre el
lienzo
beben con pasión su historia
Mientras su pincelada habla con la infancia
y su mirada cae en nuestro ojos,
colores de las calles, la humildad
el dolor de la muerte, el llanto…
El alma pegándose al
trazo
se mece en el silencio de las tardes
mientras los pobres se abren a las manos.
¡No hay peligro, no te lo quitaran!
Le dice un niño a otro niño.
Le explica lo que es la bondad.
Murillo mira con los ojos.
En ellos ve los pasos de la voz que grita
¡La dignidad, la honradez,
la existencia, los necesitados!
© Patricia Alejandra
Núñez
Bienvenida Patri a éste sitio que pretende difundir a poetas contemporáneos/as. Abz enorme, Gus.
ResponderEliminarBellísimo,poema , Patricia 🌹. Conmueven cada verso, cada imagen 🌟
ResponderEliminarMuchas gracias poeta!
ResponderEliminarBienvenida Patricia con este poema magnífico, pleno de imágenes y musicalidad. Saludo desde Córdoba, Alfredo Lemon
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