AROMA
Los labriegos no dejan de andar en
puntillas
sobre la marea del recuerdo.
Con acentos de cantigas se aproximan y
fecundan
de verdores el campo de lembranzas.
Estíos de dorada espiga guardan
en la caja perfumada de los hórreos.
Y una carta de amor que abraza
el
opaco dolor del exilio.
© Marita
Rodríguez-Cazaux
Hondo y bello, querida Marita! Beso grande! Felicitaciones!! María Cecilia Piscitelli.
ResponderEliminarUn poema hermoso de profunda empatia con el migrante.
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