NADIE DUERME EN EL DESCANSO ETERNO
10.
la noche en que vino por papá
la muerte montó su bicicleta
y dio mil vueltas por el barrio
tal vez anduvo desmuriéndose
en el viejo almacén de mis abuelos
y tomó una ginebra o un vaso de vino
tal vez jugaron a las cartas
como amigos que se mienten en el truco
y aunque sus huesos ya eran
un montoncito de leñas derrumbadas
mi padre volvió a declarar su amor
al recuerdo de mamá
porque él era un río
y ella era su orilla
sus almas pujaron por ver la luz
en bicicleta
una noche de junio
qué solos se quedan los vivos
-dijeron-
y se perdieron en el aire
juntos
como si nunca hubieran sufrido
© Daniel Ruiz Rubini
Muy entrañable, Daniel!
ResponderEliminarAlas imágenes se mueven como en un cortometraje. Gracias Daniel por esta belleza.
ResponderEliminarClaudia
punza dentro de uno con una sutileza te desgarra el alma en este y en el poema anterior, soy Sonia Vilma Ravizza
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