Reina en cuarteles, hospitales e iglesias
la invencible humillación,
ese fuego negro que cubre los huesos del
pueblo.
El enemigo traductor del nuevo testamento
destroza, traiciona y roba, momentos,
cuerpos y palabras,
¿quién piensa cuando el polvo se desprende
de las ruinas?
Aquí, en este puñado de tierra viven
aspirantes al destino, se apremian y tratan
de sujetar la vida y su visión del premio,
pronto será un inefable dolor.
El gendarme se petrifica junto a su bala
en el lugar donde brota la sangre abierta
¿qué puedo decir de tantos dolores, cansancios,
lugares quemados, miradas invisibles?
Esta es la escritura del aliento milenario
que habló un extranjero cuando pisoteó la
palabra,
ahora la sentencia de estos dioses aplasta
con su viento
la sombra de mi pueblo que ya no reposa en
la tierra.
© Daniel Arias
excelente
ResponderEliminarabrazo
maria del mar