A “EL PENSADOR DE RODIN”
Y es que aún la duda acucia
sobre el vacío o la completud
del corazón.
Un torbellino enardece cada partícula
y el camino
es como una luz detrás del horizonte.
Pero el viaje es largo y puede ser tan
profundo
como un abismo en la tierra.
Solo el silencio.
Que
nadie cruce sus
pasos de mundo o que el sonido
de las estrellas que se apagan
enturbien la atmósfera de caverna sola.
En una rápida procesión va un corazón doliente
y el nombre de alguien tiene que desaparecer.
Los fantasmas duelen como sombras que
acechan.
Largo es el camino y profundo como un
abismo.
Hay
susurros que avanzan como flechas
pero no hay cuerpo ni piel ni recuerdos.
No debe haber.
Todo debe ser pesado en el justo cuerpo de la
vida o de la muerte.
¿ Y el corazón podrá resistir?
Qué señales , qué brújula mostrará
sus colores, su vestimenta de desahuciado
de mendigo, de penitente .
Y luego del largo momento del silencio
un temblor, un soplo,
un estallido,
brotando de unos párpados
que parecían ausentes.
© Amalia Mercedes
Abaria
Oh muchas gracias Gustavo por publicarme este poema. Ante la estatua de Rodin quedé muy impactada y luego escribí el poema. Abrazo!. Amalia
ResponderEliminarTu poema esculpe un homenaje a la belleza y a la maestría de un gran creador. Quien vio alguna de sus estatuas, lo atestigua. Me encantó, gracias! Alfredo Lemon
ResponderEliminarAplausos!
ResponderEliminarVale!!! 👏👏👏👏
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