Oda al Paracetamol
Párpados pétreos,
tímpanos roídos,
ojos con púas.
Cae tu cabeza cansada sobre una almohada baldía.
El día es un bisturí punzando tu sosiego.
La noche está llena de murciélagos.
¿Hay algún remedio contra el tedio,
languidez del sinsentido?
¿Podrías aliviar viejos traumas, rencores,
afirmarme en el arte del amor,
acercarme a la virtud?
Aleja de mí toda tormenta, tormentos.
Hazme estable en mi bien.
Permíteme un cielo sin mortificación.
Encamíname hacia mi propósito.
© Alfredo Lemon
Ruego tan humano ser liberados de la inquietud y el desasosiego. Un hermoso poema, en lo terrible del dolor.
ResponderEliminarQué fuerte... sensación de nada y de angustia. Excelente.
ResponderEliminarSonia Quevedo
Intenso poema Alfredo!!
ResponderEliminarDesde un tema tan difícil nace ese poema con toda la belleza del dolor! Felicitaciones!.Beatriz Schaefer Peña
ResponderEliminarInmenso Alfredo. Aplica para cualquier dolor crónico.
ResponderEliminarAbrazo
Claudia
Hola querido Alfredo, qué poema! Pega como una varilla sin piel, nos deja solos en un tiempo indefinido, pensando. Abrazo Marta Comelli
ResponderEliminarBello e inquietante poema, Alfredo, como un conjuro. Felicitaciones!!
ResponderEliminarMuy bueno Alfredo.Duele.
ResponderEliminarSaludos
Anahí D.Bezoz
Tal vez una pastilla para tanta desazón y desasosiego. Muy bueno Abrazo Graciela Barbero
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