Galope
ciego
Entierro
todas las miradas
semilla por
semilla
para que
puedas nacer.
Vengo del
calor
pero
aprendí a desconfiar
de la
calma.
El frío
otra
palabra.
El mar
lengua que
se arrastra.
Con la boca
sumergida en tierra
gritás
trigo, cuchillo, fogata.
Latido seco
voz que se
anuda
en tu
camisa.
Agarrado a
las crines de un recuerdo
beso
párpado y horizonte.
Te sueño
como se aguarda la lluvia.
© Washington Atencio
Me gustó mucho, Atencio. Mis saludos.
ResponderEliminarHermoso poema; W.A. Un cordial saludo.
ResponderEliminarGracias querido Alfredo! Abrazos
ResponderEliminarPrecioso, sigue resonando en mi. Gracias, W.A
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