Rapsodia en
blue
Un negro
sopla una trompeta larga
como las
tiras de su piel.
Sopla y
sopla una trompeta roja
como el
algodón del sur
que se
tiznó con su sangre
y se empapó
en su noche, para siempre.
Un negro
sopla una trompeta blanca
como la
hoguera de su risa.
Sopla y
caen medallas.
Sopla y
antiguos látigos se pudren.
Sopla
y una
primavera furiosamente dulce
reparte
flores negras sedientas como bocas
entre
hombres de color, entre hombres de dolor,
entre niños
de corazón descalzo,
entre
oscuras mujeres de vientres luminosos.
La música
del negro es más clara que el llanto.
Tiene
fiebre de selva, amanecer de selva.
Tiene
pisadas de ciudad,
maullidos
de ciudad,
y ojos y
uñas y besos de ciudad.
Tiene un
amor tan húmedo y feroz
que la
agazapada sonrisa del blanco retorna a su cubil
acosada
acusada por
ese son eterno.
© Osvaldo Guevara
Osvaldo, admiro su trayectoria, claridad, sabiduría y humildad de los grandes. Salud y bendiciones para su vida y su obra. Abrazo afectuoso, Alfredo Lemon
ResponderEliminarMAESTRO! susana zazzetti
ResponderEliminarImpresionante ¡¡¡¡ es una cascada de imágenes que caen con su música ¡¡ Gracias maestro Guevara ¡¡
ResponderEliminarSonia Rabinovich
Magistral!
ResponderEliminarBuenísimo poema!Amalia M Abaria
ResponderEliminarGran Poema! Gracias! Abrazo, Inés Legarreta
ResponderEliminarExcelente, Osvaldo. Mis saludos.
ResponderEliminarOsvaldo Guevara... poeta de la compasión, de la honda empatía. Gracias por su poesía, siempre.
ResponderEliminarMaravilloso poema y extraordinario poeta. Arroja desde su espacio, fulgores de significativa y sedosa búsqueda de equidad.
ResponderEliminarSusana Giraudo