Historia de ausencias
El caminaba hacia atrás,
no quería abandonar
los lugares donde había estado.
Explicaba:
“Uno está donde su mirada”.
Ella se movía en la tierra nadando,
como si el suelo fuese agua
y las lomas olas coronadas de espuma y sal.
Se encontraron sobre
las ardientes arenas
del desierto de Gobi.
En un templo de Shiva buscaron refugio.
El tiempo fue eco de soles y lunas.
Permanecieron sentados frente a frente,
en la oscuridad del lenguaje sin palabras.
Él, antes de marcharse, habló:
“Acá, bajo el sol de un mediodía,
hice el amor con tu sombra”.
Ella antes de sumergirse
escribió en uno de los muros:
“Entre estas paredes, bajo la atenta mirada de Shiva,
dos ausencias se hicieron compañía.”
© Nito Biassi
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