Señorita K
Grito desde este lado de la calle para ver
si me voy a escuchar cuando esté del otro lado.
Cruzo para contestarme que no estoy y que
no voy a estar más en el lugar donde habíamos quedado. Recién ahí me doy cuenta
de que cambió el motivo de la vida y que otro yo ha tomado el comando.
Permanezco inquieto.
mi corazón no
mi corazón no
escuchen, por favor
mi corazón, sí
[Debería ser una elipsis]
Regurgitado en el mundo visito el flujo de
vida atrapado en una figura de lenguaje. Entro – el yo antiguo sabe la razón,
pero el actual, no – a un café bar anticuario y reencuentro a la persona que
dejé sentada en la misma silla hace algunos meses. Al verme brillando en sus
ojos, en una excitación juvenil,
reconecto los mundos. Tomamos vino, actualizamos el futuro y, sin preocuparnos,
salimos a bailar.
(Traducción Eleonora Frenkel)
© Demétrio Panarotto
gracias, Gustavo. Abrazo.
ResponderEliminarMuy bueno poema que pulsa como un "corazón, sí".
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