NADIE DUERME EN EL DESCANSO ETERNO
7.
cada vez
que muere un niño
Jorge
vuelve a morir en nuestras voces
Jorge con
el canto limpio de los pájaros
tan pequeño
en sus zapatos de badana
demasiada
enfermedad para sus bronquios
demasiada
fiebre
demasiado
dolor al respirar
nueve meses
tenía
y voló
como un
plumón
a merced
del desconsuelo
hemos visto
cosas terribles
-decían las
vecinas-
pero nada
como este niño amortajado
en el
regazo de su madre
Jorge con
la sangre helada
y con el
pecho roto
querido hermano
© Daniel Ruiz Rubini
Tremendo!
ResponderEliminarProfundo dolor y tanto amor. Conmovedor!!
ResponderEliminarHumedece los ojos y aprieta el alma
ResponderEliminarMuy conmovedor. Un placer leer toda tu poesía Daniel.
ResponderEliminarmoviliza y a la vez inmoviliza, el llanto quiere brotar te deja como un gusto agridulce en el aire, soy Sonia Vilma Ravizza
ResponderEliminarTus poemas, son de una calidad exquisita, lleno de humanidad
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