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24/5/22

Poema de Daniel Arias

  


Contemplo la ciudad de pie frente al traje cotidiano de la noche.

 

La calle entrega voces, rutinas, el llanto de un niño, un reproche,

el asombro del azar bajo luces cada vez más tenues.

 

Detrás de la ventana adivino la humillación llenando los cuartos

todos se fatigan sirviendo en trabajos absurdos,

adivino el frío de la madrugada cuando se abren puertas

y luego se vuelven a cerrar, temblando por lo que pudo ser y no fue.

 

En algunos pasillos habla un sollozo largo,

porque se abrió la ventana al día jubiloso, dejaron de ser niños

y ahora miran como perros sin dueño.

 

De pie frente al gran arco de la noche,

la vidriosa ciudad es más frágil,

las marionetas se han cansado y ahora

están cabeza abajo con el deseo muerto,

un viento grande y fuerte las lleva a la otra orilla,

y su corazón es una fruta gris que nunca madura.

 

Mi rostro no es el mismo,

mis ojos se deshojan por exceso de cielo.

 

© Daniel Arias

1 comentario:

  1. Ahh, me encanto todo el poema, y el remate: exceso de cielo...buenísimo.
    Saludos.
    Anahí Duzevich Bezoz

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