Estás herida -me dijo-
y de sus manos se abrió la misericordia
fue tan extraño
él está siempre en el barro revolviendo
basura
no busca belleza
para escribir
encuentra en la fealdad
versos
pero en aquel momento
sentados a la mesa de un café
fuimos ángeles.
© Inés Legarreta
Hola Querida Inés. No hay como esa extrañeza. Maravilloso poema. Edda
ResponderEliminarInés:
ResponderEliminarMuy bello y emotivo tu poema. Si sierro los ojos puedo vivenciar ese momento. Te felicito!! La fotografia encaja perfecta. Cariños
Ivana
hermoso esrilo. me encantó . susana zazzetti
ResponderEliminarMuy bueno, un poema que abre las puertas a la imaginación.
ResponderEliminarGracias por los comentarios. Abrazo, Inés
ResponderEliminarHermoso poema,m!
ResponderEliminarPatricia Alonso.